La descomposición y desarticulación de la dirección política de la oposición en Venezuela, es un hecho evidente, las distintas fuerzas que se adjudican representar la oposición se vierten en posiciones “radicales”, pacifistas, moderadas, beligerantes, electoreras, etc., etc., etc. Todos se creen tener la verdad, su verdad, que dicho sea de paso, esta aderezada de un profundo sectarismo y demagogia, que bien gracias le cae a la dictadura. Agrupaciones como la hemipléjica MUD, la altanera SOY VENEZUELA, el guabineo del grupo de Electoreros (Falcón y afines), el mozo Frente Amplio Venezuela Libre, y las mas de miles organizaciones civiles, partidistas, políticas e individualidades que suman esfuerzos contra la dictadura, registran sin duda alguna, la evidencia material de una oposición numéricamente fuerte y mayoritaria con capacidad objetiva de desplazar del poder a la actual clase dominante. Sin embargo, pese a esta verdad, la oposición cojea por una miopía política, que genera el sectarismo y las ambiciones grupales e individuales, que en definitiva supeditan la concreción de la unidad de la oposición en consecución de la salida de la dictadura y por la reconstrucción del país.
Como avanzar entre tan enmarañada situación, no es cosa fácil, pero tampoco imposible; y en este sentido, vale insistir en el protagonismo ciudadano, no es otro, son los ciudadanos quienes a la final, son los que sufren a diario el flagelo de una crisis económica inhumana, tienen que ponerse al frente, no solo con la tarea de luchar contra la dictadura para garantizar su supervivencia, sino también para empujar a la UNIDAD, a los diversos actores políticos que pugnan por la salida de Maduro.
Son los ciudadanos de forma organizada en asambleas de ciudadanos o en cualquier tipo de organización genuina los que tienen que generar el debate y las acciones; la articulación ciudadana empujando el carro de la historia, es tiempo que el ciudadano común y silvestre se radicalice, y la radicalización que se deben plantear los ciudadanos hoy día, no es cuanto te quejes o maldiciones le lanzas al régimen por facebook, twitter, instagram, sino como te organizas, participas y luchas contra la dictadura. La radicalización ciudadana debe ser motor de unidad y articulación de fuerzas democráticas contra un enemigo común; es deslastrarse del creer que vendrá un mesías, caudillo o líder iluminado a sacar a Maduro; es abandonar el sueño de que otros nos resuelvan los problemas que estamos exigidos a resolver los ciudadanos; es de despertar de la nefasta idea de una invasión militar extranjera; es de asumir la realidad con la responsabilidad y la seriedad de caso, ¡coño!, no es un juego que la gente se está muriendo en Venezuela de hambre y de enfermedades, y nosotros sigamos indiferente.
La radicalización ciudadana se plantea hoy como una necesidad de vida o muerte, no es una opinión airada, desesperada o alarmante, es necesario que los ciudadanos den un paso al frente.
Reynaldo Cortes
miércoles, 15 de agosto de 2018
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