Sin
Escarpelo
Sin
aliños
Sin
añadidos
Lo
palpable no necesita
Hurgar
la cabida ocular
Somos
yo
Pero
yo no soy somos
Lamentos
de la espina dorsal.
Se
perdió la sensibilidad de los dioses
Murieron
las aves en los estómagos de los buitres
Esperaremos
la sangre ajena
Que
se derrame por nuestro vino
Mientras
tanto disfrutaremos
De
la gloria que nos enajena
No
veré atrás
Me
apenan los desalmados
Los
estúpidos y los lumpen
Reynaldo
Cortes.
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